Con sólo practicar esto que dice en el comienzo
de las "Meditaciones Diarias" del día martes,
bastaría para ser un metafísico cabal:
"Envío mi amor a la vida en todas partes,
Bendigo toda vida que yo contacte éste día
en pensamientos, sentimientos, palabras o acciones.
No critico, no condeno, ni juzgo éste día.
No quiero que nada de mi vida salga de mí
sin estar encarnado en ella una bendición"...
Rubén Cedeño
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